Los activos no corrientes, también conocidos como activos fijos, son bienes que una empresa posee y que no se espera convertir en efectivo dentro del ciclo operativo normal, que generalmente es de un año. Estos activos incluyen bienes inmuebles, maquinaria, equipos, inversiones a largo plazo y activos intangibles como patentes. Son esenciales para las operaciones a largo plazo de la empresa y suelen depreciarse a lo largo del tiempo.