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ToggleHace unos años vi a un amigo empresario en una situación muy difícil. Tenía un buen producto, un gran equipo, inversionistas comprometidos, pero no avanzaban.
Vendían, sí, pero sin tracción.
Hacían mil cosas a la vez, pero sin ver resultados de crecimiento.
Pensando en este problema, encontré un libro que ahora es una especie de brújula para mí: Tracción de Gino Wickman.
No es tan famoso como otros bestsellers, aunque ha vendido más de un millón de copias en el mundo. No es un libro solo para leer, sino para aplicar.
Wickman propone algo que llama el “Sistema Operativo Emprendedor” (EOS). Suena técnico, pero no lo es.
En realidad, es un método para poner orden al caos de cualquier empresa. Desde cómo definir la visión, hacer reuniones que sirvan, fijar prioridades, resolver problemas y construir una cultura donde la gente responda por lo que hace.
Eso que los gringos llaman accountability, y que en español no tiene una sola palabra que lo capture bien.
Cuando lideraba Bukz, mi primera empresa, crecimos rápido, pero sin mucho método. Aunque eso nos llevó lejos, también nos costó mucho. Crecer en desorden es la receta para un desastre.
Ahora, en mi nueva aventura como emprendedor, donde ya somos 10 en el equipo, decidimos aplicar Tracción.
Y se nota, pues nos genera mucho foco, claridad, ritmo. Las reuniones dejaron de ser eternas, los problemas se priorizan y el equipo siente que está remando hacia el mismo lado.
Incluso lo estoy aplicando en una junta directiva en la que pertenezco.
Es una manera distinta de dirigir, más clara y práctica.
Aca dejo tres ideas claves, aunque si lo leen encontrarán muchas más:
El problema casi nunca es la gente. Es la estructura
Si el equipo no funciona, antes de culpar a alguien revisa el organigrama. Cuando la estructura está mal pensada, el talento no llega a su potencial.
Tener foco no es hacer menos, es saber qué importa
Wickman propone trabajar con tres grandes metas por trimestre que las llama Rocas. Todo lo demás es secundario.
Las reuniones no son el enemigo. Lo es hacerlas sin propósito.
El libro enseña un formato semanal preciso: 90 minutos para revisar avances, resolver problemas y alinear al equipo. Bien hechas, las reuniones son el motor del avance, no el obstáculo.
Tracción no es un libro para inspirarse.
Es un libro para poner a andar a tu empresa.
En mi caso, me ayudó a pasar de la intuición al método, sin perder la emoción de estar construyendo algo desde cero.
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