El capital circulante es una medida de la liquidez operativa de una empresa, calculada como la diferencia entre los activos circulantes (como efectivo, inventario y cuentas por cobrar) y los pasivos circulantes (como cuentas por pagar y deudas a corto plazo). Un capital circulante positivo indica que la empresa tiene suficientes activos líquidos para cubrir sus pasivos a corto plazo, lo que es crucial para el funcionamiento diario y la estabilidad financiera de la empresa.